Sería un error visitar la ciudad sin probar la gastronomía local, pues se perdería la oportunidad de conocer una de las cocinas más variadas del país. Aunque Querétaro es famoso por sus impresionantes paisajes y lugares únicos, su comida merece igual reconocimiento. Una de las características más destacadas de su cocina es la capacidad de enamorar con sus diversos sabores, colores y aromas. La gastronomía queretana va más allá de lo culinario, integrando historia, costumbres y cultura, reflejando un mestizaje entre las tradiciones prehispánicas anteriores a los chichimecas y la influencia española.
Gran parte de la cocina tradicional mexicana tiene sus raíces en Querétaro, considerado la cuna de la independencia del país, con una historia prehispánica notable. La diversidad de la comida queretana sigue sorprendiendo con una amplia gama de carnes, quesos, vinos, dulces, nopales y otras delicias, que conforman un legado culinario disfrutado por todos.
El chile es un ingrediente fundamental en la cocina queretana, como se aprecia en las tradicionales enchiladas queretanas, los pambazos de Santiago de Querétaro, las gorditas de maíz de Colón, la barbacoa de Cadereyta y los bocoles de Landa de Matamoros, entre otros platillos. Además, esta cocina es accesible, pues se encuentra tanto en los restaurantes más lujosos del estado como en los mercados y tianguis.
Recetas típicas de la cocina queretana
Pacholas
Uno de los platillos más populares de Querétaro son los bistecs de carne molida que se sirven con puré de papa y una generosa cantidad de chile en polvo. Son aptos para cualquier día de la semana y temporada del año.
Enchiladas queretanas
Esta es la especialidad y orgullo de la capital. Se preparan con tortillas recién hechas, salsa de guajillo, papas sazonadas y pollo frito. También se pueden encontrar en Amealco de Bonfil y San Juan del Río.
Sopa de Querétaro
Este guiso, que utiliza maíz, uno de los ingredientes más comunes en la cocina mexicana, incluye nata, aguacate, tiras de tortilla, queso rallado, chile serrano y caldo de pollo. Se cree que su origen se remonta a la época de la Revolución.
Este delicioso platillo, originario de los indios otomíes, es típico de la cocina estatal. Puede estar relleno de chorizo, pollo, res o mariscos, y se adereza con queso, aguacate, cilantro y salsa. Los ingredientes de relleno incluyen nopales, ajo, cebolla, chiles y orégano.